El derecho penal siempre ha sido un campo muy importante y también propenso a la controversia. Mucha gente piensa que la criminología es un área de estudio que analiza las causas por las que las personas cometen delitos, pero también incluye muchas otras cuestiones: ¿Cómo castigamos a los delincuentes? ¿Cómo deben ser nuestros castigos? ¿Quién decide qué castigo es apropiado en cada caso? ¿Y cómo nos aseguramos de que las personas castigadas son realmente culpables del delito que han cometido? Estas preguntas han llevado a la creación de varios tipos diferentes de sentencias utilizadas para los menores que cometen delitos. En este artículo hablaré de cada tipo de sentencia y te diré lo que piensan los criminólogos sobre ellas.
En Estados Unidos, los centros de detención de menores se utilizan para alojar a los menores que se encuentran en el sistema judicial y que han sido acusados de delitos graves. Estos centros no son prisiones y no deben ser punitivos, sino más bien rehabilitadores. Los centros de detención de menores también deben ser lugares seguros para los niños que han cometido delitos menos graves o que no han cometido ningún delito. En otros países, como Inglaterra y Escocia, los centros de detención de menores pueden hacerse cargo de los niños hasta que cumplen 18 años.
El término "menor" se refiere a una persona menor de 18 años. Como los menores no se consideran adultos, no se les recluye en prisiones o cárceles como a los delincuentes adultos. En su lugar, suelen ser enviados a centros de detención de menores donde pueden continuar su educación y recibir un tratamiento más individualizado.
Los menores declarados culpables de delitos pueden cumplir condena de distintas maneras, dependiendo de las leyes de su estado:
La libertad condicional es una forma de castigo y rehabilitación. Los agentes de libertad condicional la utilizan para ayudar a los delincuentes a aprender de sus errores, al tiempo que les hacen responsables de sus actos. Cuando estás en libertad condicional, debes cumplir ciertas condiciones, como presentarte a tu agente de libertad condicional con regularidad y mantenerte alejado de las drogas o el alcohol. Si incumples las normas de tu condena sin apenas avisar y no te pillan mintiendo, el tribunal te enviará de nuevo a la cárcel o a prisión por violar tu libertad condicional.
Mucha gente piensa que si alguien ha sido condenado por cometer un delito debe ir directamente a la cárcel sin ningún período de supervisión, pero esto no es cierto porque hay muchas personas que no pueden soportar ir directamente a la cárcel, por lo que en su lugar se les da algún tipo de libertad condicional que les permite permanecer en la sociedad hasta que llegue la fecha de su sentencia (por lo general después de esperar varios años).
El sistema de justicia juvenil responde a la creencia de que los menores son diferentes de los adultos y deben ser tratados de forma diferente. El objetivo del sistema es rehabilitar a los delincuentes juveniles para devolverlos a sus familias y comunidades como miembros productivos de la sociedad.
La principal diferencia entre el sistema de justicia juvenil y otros sistemas de justicia penal es que una persona menor de 18 años no puede ser condenada a muerte ni a cadena perpetua sin libertad condicional. Los menores también pueden ser condenados a penas más cortas que los adultos por delitos similares.
Una forma de pensar en la resolución de problemas es considerar todas las soluciones posibles y elegir la mejor de entre ellas. Aunque esto pueda parecer sencillo y directo, en la práctica puede resultar difícil debido al gran número de tipos de soluciones disponibles.
Es importante recordar que hay muchas formas distintas de resolver un problema determinado; algunas pueden ser mejores que otras para una situación o persona concretas, pero la mayoría funcionarán al menos una parte del tiempo. Esto significa que elegir una única solución puede ser más perjudicial que beneficioso si no funciona según lo previsto o si tiene consecuencias imprevistas (como encerrar a niños con adultos).
Esperamos que este artículo le haya dado una mejor idea de adónde van a parar los menores que cometen delitos. Es importante recordar que cada niño que comete un delito es único y debe ser tratado como tal. Como vimos con la historia de Amy, no siempre está claro si alguien se convertirá o no en delincuente cuando crezca. Si su hijo empieza a comportarse de forma que parece peligrosa o delictiva, hable con él sobre su comportamiento antes de que se le vaya de las manos.
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