La conducta delictiva es un asunto complejo que tiene muchas causas, pero las explicaciones más comunes no son necesariamente las mejores.
No cabe duda de que la biología puede desempeñar un papel en el comportamiento delictivo, pero este hecho por sí solo no debe utilizarse como excusa para dicho comportamiento. No se puede culpar a la genética o la fisiología de una persona de sus problemas sin tener en cuenta los demás factores que pueden haber contribuido a su desarrollo, incluidos los factores ambientales y sociales.
El hecho es que el comportamiento delictivo puede producirse en cualquier momento, incluso si no hay predisposiciones aparentes hacia él. Por ejemplo, una persona que nunca antes ha cometido un delito puede decidir un día robar a alguien o cometer un asesinato simplemente porque le apetece hacerlo en ese momento. En este caso, diríamos que una predisposición biológica no causó las acciones del individuo, sino que fueron factores ambientales (como su educación) combinados con presiones situacionales (como la presión de los compañeros) los que le hicieron actuar violentamente contra otro ser humano.
La biología desempeña un papel importante en el desarrollo del comportamiento delictivo. Sin embargo, no es la única causa y con demasiada frecuencia se culpa a la genética o a la fisiología de un individuo cuando no es la única causa de los problemas de una persona.
El entorno en el que crece una persona desempeña un papel importante. El entorno puede influir en el comportamiento de una persona y en el tipo de personalidad que desarrolla.
El entorno puede tener un efecto positivo o negativo en tu comportamiento. Por ejemplo, si vives en una zona donde hay pocos trabajos y pocas oportunidades, puedes pensar que es mejor robar que morirse de hambre; sin embargo, esto no significa que robar sea correcto o aceptable.
También es importante no culpar de todas tus acciones a tu educación, porque muchas personas que crecen en condiciones de pobreza tienen éxito más adelante en la vida, mientras que otras que crecen ricas acaban siendo infelices y fracasadas.
La forma en que pienses de ti mismo influirá en cómo afrontes situaciones difíciles, como perder a alguien cercano o tener problemas económicos, que pueden llevarte a delinquir.
Según la Oficina de Estadísticas de Justicia, el maltrato y la negligencia infantiles pueden contribuir a comportamientos delictivos a lo largo del tiempo. Entre ellos se incluyen daños psicológicos, daños físicos y problemas de comportamiento. También puede hacer que un niño carezca de autoestima, lo que puede provocar más problemas psicológicos.
Como se ha visto, no existe una única causa del comportamiento delictivo. Puede atribuirse a diversos factores, como la genética y el entorno. Los factores psicológicos también pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la conducta delictiva, así como los malos tratos o el abandono en la infancia.
Es importante señalar que no existe una única causa del comportamiento delictivo. Por el contrario, hay muchos factores que contribuyen al desarrollo de una personalidad delincuente. Al comprender estos factores, podemos trabajar para prevenir la delincuencia y ayudar a los que ya han delinquido.
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