La filosofía es el estudio de la sabiduría y de las preguntas que no pueden responderse mediante la experimentación o la observación. Entonces, ¿cómo saber si la respuesta a un problema filosófico es correcta? ¿Y quién puede decir cuál es la más correcta? Los usos de la filosofía están claros, pero su futuro sigue siendo incierto.
La filosofía es el estudio de la sabiduría y de las cuestiones que no pueden responderse mediante la experimentación o la observación. Es una ciencia libre, que no pretende demostrar nada sino comprender.
La palabra filosofía procede de las palabras griegas "philos", que significa amor, y "sophia", que significa sabiduría. Si ha estudiado filosofía alguna vez, sabrá que no se trata sólo de pensar sobre las cosas, sino de un proceso activo de reflexión sobre la propia experiencia vital y las preguntas que surgen de ella.
La filosofía es una ciencia libre porque no se basa en la experimentación ni en la observación. En otras palabras, no se puede realizar un experimento para comprobar si algo es cierto o no, y no se puede observar nada de lo que ocurre en el mundo para ver si demuestra que su argumento es correcto. La filosofía se basa más en la lógica y la razón que en las pruebas.
Una forma de comprobar si tu respuesta a un problema filosófico es correcta es examinar hasta qué punto se deduce de otras cosas que sabes que son ciertas. Si tu respuesta no se deduce de esas cosas, entonces podría ser falsa (o al menos cuestionable). Por ejemplo:
La filosofía es una ciencia libre porque, al igual que ocurre con las matemáticas y las ciencias naturales, no hay experimentos ni observaciones que puedan utilizarse para poner a prueba sus teorías. Si no estás de acuerdo con una de las conclusiones de la filosofía, no puedes salir a la calle y recabar más información para demostrar que es errónea. En lugar de eso, hay que invalidar la propia teoría demostrando que no se aplica en todos los casos ni conduce a conclusiones que siempre son ciertas. Lo mismo ocurre con la aritmética: si alguien te dice que 2+2=4 y su amigo dice que es 5, ambos tienen razón o están equivocados, dependiendo de cómo definan exactamente esos términos (qué números se incluyen en la ecuación y si el cero cuenta).
La filosofía no trata sólo de lo que sabemos; también contiene preguntas como "¿Qué es el conocimiento?" (epistemología), "¿Qué debo hacer?" (ética), "¿Hay vida después de la muerte? (metafísica), etc.
Los filósofos siempre se han ocupado de cuestiones demasiado difíciles para la investigación directa. Sus respuestas se han basado generalmente en métodos indirectos, como el razonamiento a partir de los primeros principios o el establecimiento de analogías entre distintos casos. Pero estos métodos pueden ser peligrosos cuando se aplican a problemas complejos. Por ejemplo, a principios del siglo XX Bertrand Russell sostenía que no había diferencia objetiva entre un objeto que se mueve a gran velocidad y otro que parece inmóvil porque todo movimiento es relativo. Esta conclusión parecía intuitivamente correcta a primera vista, pero más tarde resultó desastrosa cuando la aplicó la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
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