La teoría de Mead es una teoría de la mente, o lo que se conoce como revolución cognitiva. Fue desarrollada por el sociólogo y filósofo George Herbert Mead, quien teorizó que las personas desarrollan un "yo" a través de las interacciones sociales con los demás. Mead creía que no sólo adquirimos nuestros conocimientos a través de la experiencia, sino también de otras personas que actúan como modelos a seguir durante el desarrollo de nuestras propias personalidades individuales y patrones de conducta.
La teoría de Mead está asociada a Max Weber, que también estudió la relación entre la sociedad y los individuos. La teoría de Mead trata de cómo se desarrolla el yo en relación con los demás. En cambio, la teoría de Weber trata de cómo la sociedad influye en los individuos.
La teoría de Mead sobre la mente es a la vez social e individual. La mente es privada en el sentido de que es única para cada individuo, pero también está moldeada por las interacciones con los demás, que son a su vez seres sociales. El concepto de Mead de "yo situado" describe cómo se desarrolla este proceso dinámico: a medida que los individuos interactúan con su entorno, empiezan a formar sus propias experiencias únicas; estas experiencias se interiorizan después en construcciones mentales o esquemas que influyen en el comportamiento futuro. A medida que interactuamos con los demás, nuestros esquemas siguen desarrollándose, se hacen cada vez más complejos y se entretejen más estrechamente en la identidad de una persona a medida que ésta da sentido a su mundo a través de ellos.
A Mead le interesaba cómo nos representamos ante los demás. Por ejemplo, uno puede decir que es un buen amigo o que es honesto. Mead decía que este tipo de afirmaciones expresan la identidad de uno mismo y demuestran cómo le perciben los demás.
Para Mead, la característica clave de un yo es la capacidad de actuar en el mundo sin estar totalmente controlado por fuerzas externas. Esto se debe a que las acciones son observables y pueden estudiarse científicamente, mientras que los pensamientos (a los que llamó "mente") no pueden observarse directamente y, por tanto, no pueden estudiarse científicamente. Por ejemplo: Si estoy sentado en mi escritorio escribiendo en mi ordenador, estoy actuando de una manera que me permite expresarme a través de mi escritura aunque pueda haber muchos otros factores que influyan en lo que escribo (por ejemplo, quién más está aquí conmigo).
La teoría del yo de Mead es una de las más influyentes de la historia de la filosofía. En ella sostiene que el yo es a la vez individual y social. El "yo" representa tu identidad personal como persona individual, mientras que el "mí" representa tu identidad social como parte de un grupo o sociedad más amplio.
La teoría de Mead ha influido mucho en la psicología porque explica cómo desarrollamos nuestro sentido del yo como individuos a lo largo del tiempo. Sin embargo, sus ideas también son relevantes para la sociología porque explican por qué las personas actúan de determinadas maneras cuando interactúan con otras a diario.
Mead subraya que hay dos formas de aprender sobre el "yo": mediante la reflexión y la interacción. La reflexión es interna e implica un proceso cognitivo, mientras que la interacción es externa y se centra en los procesos sociales. Tanto en la reflexión como en la interacción, Mead identifica tres componentes:
Según Mead, el niño desarrolla el sentido del yo desempeñando distintos papeles al relacionarse con los demás. El sentido del yo es la capacidad de identificarse con el propio cuerpo y la propia mente, lo que permite al individuo desarrollar una identidad aparte de la de sus padres u otros cuidadores.
Es importante destacar que Mead subrayó que este juego de roles se produce en relación con otras personas y no a través de una especie de diálogo interior con uno mismo. Para entender por qué esto es importante para nuestra comprensión del aprendizaje del lenguaje, ayuda saber qué entendía Mead por "juego". Para él, jugar implicaba asumir distintos papeles (o "quitarse") no sólo para aprender sobre los demás, sino también porque hacerlo era divertido. Sugirió que hay tres tipos principales: (1) fingir; (2) juego de rol ideal; y (3) juego de rol experimental.
La teoría de Mead es una teoría de la psicología social. Fue creada por George Herbert Mead, filósofo de la Universidad de Chicago a principios del siglo XX. La teoría también se conoce a veces como la perspectiva interaccionista simbólica, que hace hincapié en cómo las interacciones sociales dan forma al sentido de uno mismo.
La teoría de Mead sugiere que nuestros pensamientos y sentimientos internos se desarrollan a medida que interactuamos con otras personas de nuestro entorno. Cuando interactuamos con otras personas, éstas nos ayudan a aprender cómo actuar o responder adecuadamente en distintas situaciones, lo que a su vez nos ayuda a desarrollar con el tiempo nuestras propias personalidades e identidades únicas.
En resumen, la teoría de Mead relaciona el trato que recibimos de los demás con nuestro sentido del yo. Las personas aprenden a actuar y a tratar a los demás observando a los demás y probando cosas nuevas en sus interacciones con los demás.
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