La psicología jurídica comprende el estudio, asesoramiento e intervención sobre el comportamiento humano que se desarrolla en un ambiente regulado por las normas legales. Y la psicología forense es una subespecialidad que se dedica a la realización de evaluaciones para orientar decisiones judiciales, esto para humanizar la administración de justicia y favorecer la investigación judicial.

En este artí­culo se exponen las áreas de aplicación de la psicologí­a forense bajo el siguiente esquema desarrollado por la autora: por personajes y por procesos. Entre los personajes se encuentran los agresores, las ví­ctimas, los profesionales que participan en los procesos judiciales y cualquier otra persona involucrada en el conflicto. Y los procesos corresponden al peritaje, a la asesorí­a en la elaboración de la norma y a la conciliación.

El papel del psicólogo forense demanda un compromiso social que implica una actuación ética de su parte ya que la psicologí­a puede ser un instrumento formal o informal de control o reacción social, pues a partir del trabajo del psicólogo forense se toman decisiones judiciales que d euna parte, han de velar por el bienestar del individuo, pero también han de proteger al grupo social y por ello toda la actividad que desarrolla la psicologí­a jurí­dica debe ser ejercida con responsabilidad social.

Vale la pena acotar que la psicologí­a tiene la misión de mejorar la administración de la justicia, de humanizar el ejercicio del derecho y sobre todo, el deber de aportar una visión crí­tica para confrontar si las practicas judiciales están siendo acordes con lo que es humanamente necesario, eficaz y realmente justo.