Al laboratorio de toxicologí­a se remiten multitud de muestras para análisis con la finalidad de que los peritos respondan a las inquietudes de los investigadores que suelen ser: identificar la presencia de sustancias estimulantes o depresoras del sistema nervioso central; determinar la presencia de sustancias tipificadas por la ley penal; establecer si una lesión o muerte pudo tener como causa la ingestión o el contacto con sustancias tóxicas, venenos o plaguicidas. Y las respuestas dadas por los peritos en estupefacientes y toxicologí­a deben estar soportadas en el uso de técnicas ampliamente probadas y aceptadas por la comunidad cientí­fica y sobre todo, en el seguimiento de protocolos que lleven a un aseguramiento de la calidad que hagan confiables los resultados, para lo cual la capacitación del talento humano resulta imprecindible.

El objetivo de este capí­tulo es generar y publicar aportes para otros profesionales  de modo que puedan simplificar y mejorar su trabajo; a partir de una amplia experiencia  en la práctica de la toxicologí­a forense y los estupefacientes, este documento pretende ser eso, una herramienta para el que la necesite y la interprete de manera conveniente, pues, no se puede tomar aisladamente sino en el contexto de una investigación criminal. Los conceptos e ideas expresados se podrán discutir y, a través del tiempo, actualizar y enriquecer para que cuando se transmita nuevamente, genere nuevas experiencias centradas y de mayor o mejor criterio.